¿No te parece, que nos preocupamos demasiado?. He visto verdaderos disgustos por marcas de lápiz en las paredes, por una comida un poco sosa, por dos grados de menos en la casa, por un rayón en la pintura del coche....
Estamos enfermos, enfermos de vanidad, ahitos de bienestar, y perfectamente satisfechos de nuestras neurosis. Tengo paredes que no puedo dibujar, suelos que no puedo gastar... ¿la casa no era para mi comodidad?.
Es la lacra de la civilización, en busca de la seguridad perfecta, la ergonomia, la limpieza, hemos vendido nuestra alma al diablo, nuestra libertad. ¿quien se queja? yo no, tengo mas de lo que me siento digno de desear, pero aun quiero más. Quiero mas por que soy pobre, de una miserable pobreza del alma. Ës nuestra pobreza espiritual la que nos empuja a llenar de comodidades el insondable pozo de la miseria a la que llamamos vida. Una vida dedicada exclusivamente a su autoconservación, e inútil por lo tanto.
Me encantaria ser libre, libre en cuerpo y alma, pero eso es peligroso. Además es dificil. No, da demasiado miedo. Mejor... mejor me preparo algo calentito mientras leo un buen libro para dormir cómodamente despues en mi caliente colchon de latex. Pobre de mi, quisiera ser tan valiente... y soy tan pobre...
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